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El Prado y Joaquín Sorolla

El Prado y Joaquín Sorolla

 El Prado abre a partir del martes su primera muestra antológica del que considera el último y más moderno maestro de su colección, Joaquín Sorolla, que incluye los 14 paneles de la Hispanic Society de Nueva York, expuestos por primera vez en el principal museo clásico español.

Los murales regionales de 'Visiones de España', traídos a este país en 2007 para ser expuestos en varias ciudades antes de regresar a Nueva York en enero de 2010, son la principal atracción de la muestra.

El Prado quiere "saldar una deuda" con el pintor español más reconocido internacionalmente en su época, ya que éste quiso exponerlos en Madrid antes de que viajaran a América, lo que no fue posible finalmente, explicó en conferencia de prensa el director del Prado, Miguel Zugaza.

Los 14 paneles, que Sorolla pintó entre 1911 y 1919 por encargo del fundador de la Hispanic Society, Archer Huntington, llegaron a España en noviembre de 2007 y han sido expuestos en Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao y Barcelona -con más de un millón de visitantes-, para volver a Valencia, patria del pintor, antes de regresar a Nueva York en enero de 2010.

Las luminosas pinturas de niños en la playa mediterránea con las que se relaciona a Sorolla (1963-1923), como 'El baño del caballo' o 'Paseo a la orilla del mar', son sólo una parte de los variados estilos que cultivó y que ofrece ahora el Prado.

El pintor parte en su juventud del realismo social ('Trata de blancas') y pasa por el costumbrismo ('Aún dicen que el pescado es caro'), las marinas ('Sol de la tarde'), el retrato y el desnudo, con fuerte influencia de Velázquez, para recalar en el paisaje al final de su vida.

En resumen, el pintor valenciano refleja en estas 102 obras expuestas -16 de ellas por primera vez y muchas de ellas de gran tamaño- una "España optimista y gozosa" frente al pesimismo de la Generación del 98 formada entonces por el mundo de la cultura española, según José Luis Díez, comisario de la muestra.

"Es un pintor que llega fácilmente al espectador", lo que "se ha entendido como un pintor popular, un pintor tópico, incluso en ocasiones hasta vulgar; realmente es todo lo contrario, lo que ve (...) lo convierte en pura pintura", "con una sinceridad que es lo que hace que llegue a todo el mundo", explicó a la AFP.

Sorolla, enmarcado en el impresionismo, "no está comprometido con nada": "Si él llega a una síntesis que nos recuerda al mundo impresionista (...) no llega a ello por imitación", sino "porque su evolución y su percepción de la propia pintura la lleva a ello; si Sorolla nos hace un paisaje con un fondo plenamente fauvista, llega a ello de manera natural". Además "tiene una altura de miras especial", "una calidad y una riqueza de ser un gran maestro de la pintura, que eso lo hacen muchos otros pero de una forma mucho más rudimentaria", apuntó.

Su gran éxito en vida -Gran Premio de París en 1900 con 'Triste Herencia', participación en las exposiciones de París (1906) y Nueva York (1909) y medallas en España en 1895 y 1901, entre otras-, le permitió disfrutar de una "libertad absoluta" de estilo para "llegar hasta el final pintando lo más naturalista posible", según los comisarios.

La muestra del Prado coincide con la exposición de los bocetos de los paneles de la Hispanic Society en la Casa-Museo de Sorolla de Madrid, donde el pintor vivió con su familia.

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